Menu
MORDIDA ABIERTA
Se considera que una persona tiene mordida abierta cuando uno o varios dientes no logran contactar con sus antagonistas.
Normalmente, implica una falta de contacto entre los caninos e incisivos -laterales y centrales- superiores e inferiores, aunque también puede darse en los molares.
Con lo cual, resulta imposible llegar a cerrar la boca por completo, con todos los dientes.
Por tanto, los síntomas de la mordida abierta están muy claros: un espacio visible entre las piezas.
¿Qué problemas causa la mordida abierta?
- ● Es evidente que la mordida abierta afecta muy negativamente nuestra imagen. Sin embargo, más allá de los inconvenientes estéticos que pueda ocasionar, este tipo de maloclusión acarrea otras consecuencias relacionadas con nuestra salud.
-
Alteraciones en el habla:
una persona con mordida abierta no puede pronunciar los fonemas correctamente, pues la lengua no puede posicionarse como debe. -
Dificultad para comer y masticar:
al no haber contacto entre las piezas, una persona encuentra bastante difícil comer con normalidad un bocadillo, por ejemplo. -
Problemas respiratorios:
el paciente tiende a respirar por la boca, pues le resulta imposible cerrarla por completo. - Trastornos en la articulación temporomandibular (ATM).
¿cuáles son las soluciones para esta maloclusión?
El tratamiento para solucionar la mordida abierta depende fundamentalmente de la edad del paciente y del grado de la maloclusión.
Corregir la mordida abierta sin cirugía es posible la mayoría de las veces, recurriendo únicamente a la ortodoncia.
No obstante, hay ocasiones en las que es necesario recurrir, además, a una cirugía maxilofacial.
- Tratamiento combinado de ortodoncia y cirugía ortognática
-
Se realiza en adultos que presentan una mordida abierta muy severa, por lo que recurrir únicamente a la ortodoncia resulta insuficiente para solucionar la maloclusión. En este caso, está indicado un tratamiento combinado de ortodoncia y cirugía ortognática.
En primer lugar, los aparatos ortodóncicos llevan cada pieza a la posición que le corresponde.
Después de un año, aproximadamente, el paciente se somete a la cirugía ortognática, gracias a la cual se modifica el tamaño y la posición tanto de la mandíbula como del maxilar.
Una vez que la persona se ha recuperado de la operación, vuelve a pasar por un tratamiento de ortodoncia para devolver por completo la armonía y funcionalidad a la dentadura.